UN PAISAJE IMPERCEPTIBLE EN CONSTANTE TRANSFORMACIÓN. Prácticas desde el campo de lo invisible.
El arte, más que el evento de algo nuevo, es un medio de organizar lo visible e invisible. El trabajo del artista es crear las condiciones para darlo a ver.
El 16 y 17 de octubre impartí un laboratorio de investigación escénica dirigido a estudiantes y profesionales de la danza, en la Facultad de Danza de la Universidad de Chile @danzauchile .
Si el capitalismo absorbió la vida, también absorbió la escena. Los mecanismos estéticos del capitalismo se han infiltrado en nuestros procedimientos perceptivos interfiriendo la capacidad que poseen las artes escénicas de imaginar horizontes alternativos a través de experiencias vivas. La escena entonces se vuelve un fórmula que se repite donde todos conocemos de ante mano nuestro papel. Una escena saturada donde el tiempo es comprimido y restado, donde no queda espacio para desear o soñar, donde dominan procedimientos de acumulación que rechazan el vacío, el silencio o el misterio para azotar los sentidos, las emociones y el razonamiento del espectador híperestimulado por su propia realidad.
¿Desde qué sensibilidades y estéticas pueden las prácticas escénicas sostener su dimensión crítica para continuar renovando los límites de sus posibilidades dentro y fuera de su propio campo de actuación?
Ensayando prácticas que trabajan desde lo opaco, lo invisible, lo indisponible o la ausencia, exploramos nuestro «espectáculo-mundo» con el objetivo de vaciar, dejar de hacer para despertar otras formas de coreografiar, atender y escuchar.
El laboratorio se desarrolló en base a un plano secuencia en el que los materiales y los ejercicios se desarrollaron sin adentro ni afuera, en el que el participante/espectador/creador se confundieron y desplazaron continuamente, donde no siempre pudimos distinguir cuando comenzaba y termina el hecho de experimentar. La metodología del plano secuencia se inspira en la propuesta de Paz Rojo para el proyecto de comisariado de Y si dejamos de ser artistas en el que colaboré y que llevamos a cabo en La Casa Encendida en el 2017.
Gracias a todas las que accedieron a lo opaco, lo indisponible, a la ausencia de aquello que no puede ser atrapado por la economía de la producción espectacular y la explotación de las presencias.






Fotos y vídeo de Paulina Chamorroo
